miércoles, 8 de agosto de 2007

"BUENOS AIRES, LA CIUDAD QUE REINVENTÓ A LOS ITALIANOS"

En busca de sus orígenes, muchos recrean una identidad que estaba ausente en el relato familiar.
Buenos Aires era una ciudad italiana". La definición surge de una investigación del historiador Fernando Devoto y se refiere al fin de la década de 1880, cuando los italianos bajaban somnolientos de los barcos después de una larga travesía por el Atlántico. Es una apreciación que cobra especial significado en un país donde los descendientes de italianos tramitan su pasaporte del país de sus antepasados siguiendo el rumbo inverso: "Los nietos quieren recuperar lo que los hijos quieren olvidar", dice Devoto.
El historiador cuenta este conflicto y todo el proceso histórico de la Italia que desembarcó en Buenos Aires desde el siglo XVII hasta la posguerra de 1945 en Historia de los italianos en la Argentina, editado por Biblos. Allí aparecen retratados los cientos de miles de italianos que han vivido en la Argentina y que intentaron construir de modos diversos una idea de comunidad que tuvo características particulares.
Esa comunidad ha sido en realidad una suma de comunidades y no sólo por los diversos orígenes regionales sino también, y sobre todo, por las divisiones surgidas por diferencias políticas y religiosas. Solamente en los períodos de guerra, explica Devoto, hubo una unificación de voluntades que daban sentido a una comunidad.
Las elites y los políticos se disputaron la representación italiana en estas tierras. En la época de Rosas, por ejemplo, se enfrentaban los simpatizantes del monárquico reino de Piamonte; y por otro lado, aparecían los líderes políticos republicanos y garibaldistas. "Hasta cantaban canciones patrióticas diferentes", señala el investigador.
La característica, destaca el titular de Teoría e Historia de la Historiografía de la UBA, es que el contingente italiano atravesaba la escala social y cultural. Llegaban empresarios y también obreros; y en el campo había arrendatarios y propietarios de la tierra italianos. "Esto hace a la especifidad argentina en relación a lo que ocurría con la inmigración italiana en Estados unidos y Francia", dice Devoto.
"En Italia se habla de emigración de retorno para definir a los que tienen doble pasaporte: pero no son italianos, son argentinos con pasaporte y familia italianos". Efectivamente, aunque se sintieran completamente argentinos, aquí los italianos conservaron las tradiciones, las ideas de familia y la comida. Lo paradójico, dice Devoto, es que algunos "reinventaron" su italianidad aquí: "Muchos venían de aldeas, sin mitología italiana, y se hicieron italianos aquí y al asistir a las asociaciones se apropiaron de la mitología patriótica italiana. Sus hijos adoptaron la identidad argentina y con ese peso cultural llegan al aeropuerto de Fiumicino".
Fernado Devoto es nieto de genoveses por parte de su padre. "Yo me reinventé la italianidad, viajé, estudié, enseñé, generé un vínculo afectivo importante. No tengo recuerdos familiares, hubo una invención de la identidad". Lo sorprendente es que fue a través de su madre, no italiana, que recobró una cultura inesperadamente genovesa: ella le cocinaba comida de esa región sin saber que era parte de esa cultura.
"Hoy -dice Devoto- se tiende a anteponer la historia familiar a la oficial, a la que impone la escuela y eso produce una tensión cada vez mayor". Con esa tensión a cuestas, muchos hijos de inmigrantes indagan en sus raíces y algunos deciden ir a buscarlas al país perdido en la historia familiar.

Por: Héctor Pavón (Clarin)